lunes, 9 de junio de 2008

Caronte en su barca

¿Quién puede acusarme de insensible? ¿Quién puede acusar a algo que no es humano de no poseer sentimientos? Soy inmortal, si. Pero recibo a la muerte cada día, anhelando que en alguna ocasión o me lleve al Hades o me otorgue unpoco de vida. Vida. La gente que pasa por aquí parece terriblemente apenada a causa de su pérdida. Y yo quiero un poco de eso, un soplo de aire, un llanto desesperado, hambre insaciable, amor infinito. Yo quiero un poco ¿A quién se lo podré robar?
Una vez tuve esa posibilidad. Un ser vivo me rogó que lo llevara al Hades. ¡Ser tonto e impulsivo! ¿Sabía él qué le esperaba en el mundo de los infiernos? ¿Sabía él la valiosa posesión que estaba abandondando? ¡Claro que no! Estaba desechando todo lo que yo deseaba, yo yo se lo iba a rabor, claro. Era mi oportunidad, no había dudas. Un ser me rogaba que lo dejara morir, Hades nunca se enteraría, ya que el estúpido humano podría ocupar mi lugar...
Entonces Orfeo (pues asíme había dicho que se llamaba) empezó a cantar. De se boca salieron las palabras mas bellas que escuché en mi existencia. Romance, tristeza desgarradora, corazones partidos. ¿Era yo comparable a ese espléndido ser que entonaba con amargo llanto las más celestiales estrofas?
No. Nunca lo fui. Lo dejé pasar, y luego volver.
Pues ahora comprendo que no puedo arrebatar a ningun humano su vida. Ahora comprendo mi imperfección y mi triste destino. Ahora comprendo, que estoy encerrado.

(Del mito griego 'Orfeo y Eurídice')